Todo en su momento ¡a su debido tiempo!
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. Efesios 5:17 (RV60)
Muchas veces, inconscientemente
y sin quererlo, nos hemos adueñado del tiempo de Dios, presionándolo a
que Él haga conforme a nuestro tiempo “proyectado” y no al de Él. Me
refiero a esas veces en las que ajustamos nuestro horario para ejecutar
lo que queremos hacer entre muchas cosas que también queremos hacer, y
con esto quiero no decir que sea malo que proyectemos como queremos que
sean nuestras vidas, ni de planear nuestro día y organizarnos mediante
una agenda; sino que entre muchas formas que Dios ha aprobado en que le sirvamos, hay un tiempo especifico
para hacer cada labor, no basándonos solamente en lo que sentimos sino
en que nuestro Dios nos da una total convicción y una paz para hacer lo
que debemos hacer con disciplina y deleite justo en el momento, el
tiempo y el lugar indicado.
Personalmente he experimentado lo que te
estoy diciendo, pues Él ha puesto en mi corazón muchos anhelos con un
fundamento firme y verdadero para servirle de diferentes formas: A
través de la radio en la locución, en la alabanza ministrando en el piano,
como traductora, en el futuro, pastora; y en lo que para mí es un
deleite hacer, derramando el amor que Dios me da y lo que me enseña
escribiendo para que tú seas edificado(a) y bendecido(a) en gran
manera; Pero, ¿te imaginas si me pongo a hacer tooodas estas cosas al
mismo tiempo?, claro está que terminaría sobrecargándome por completo,
ya que a parte de que tengo el privilegio de servir al Rey de reyes a
través de éste y muchos devocionales, también debo dedicarle tiempo a mi
carrera de comunicación social, el servir en el ministerio juvenil de mi iglesia a través de la intercesión y la redacción de las prédicas, el estar pendiente del estudio de mi hermanita, el prepararme en las clases de inglés, y dentro de poco de acuerdo a la voluntad de Dios, entraré a una escuela de música
dentro de mi iglesia, además de muchas cosas más que como jovencita me
corresponde hacer cotidianamente ¡todo esto lo digo solo para su gloria
y honra! ya que entiendo que no soy yo la que lo hago en mis fuerzas
sino que es el mismo Dios lo hace usando este cuerpo porque ahora Cristo
vive en mí. Pero en este preciso
momento (del cual puede comprender muchos días, semanas, meses y hasta
años) Dios ha puesto dentro de mí su prioridad, no la mía, en algo
específico para servirle [sobre todo lo demás que quiera hacer también
para su gloria], del cual me deleito mucho en hacerlo: ¡ESCRIBIR!, y
seguiré escribiendo hasta donde el Señor me lo permita hacer, ya que ha
puesto una paz y una total convicción en mi corazón que me hace esperar
pacientemente por ejecutar lo demás que el Señor me ha dado a hacer,
pero a su debido tiempo. Por ahora me dedico en lo que Dios me ha puesto
y me da la capacidad para hacerlo por este momento, además de serle
fiel en ello y siendo más disciplinada por su divino poder.
Tal vez tú
también, al igual que yo, tienes sueños en tu corazón sobre muchas cosas
que quieres hacer para glorificar a Dios y extender su reino, está muy
bien eso, pero ¡tranquil@! Por muy poco hasta insignificante que pueda
parecer lo que estés haciendo en el lugar donde te encuentres en este
momento, o por muy “simple” la labor, el trabajo o el ministerio donde
puedas estar, ten siempre presente que si en lo poco le eres fiel al
Señor, en lo mucho te pondrá Dios, queriendo decir que, cuando le eres
fiel en lo que Dios te ha puesto hacer en este preciso tiempo o momento
de tu vida, Él irá poco a poco ensanchando tu capacidad para ejecutar
más cosas de las que tú habías anhelado antes hacer y muchas otras que
ni aún habían subido a tu corazón, como lo dice la palabra: cosas que ni ojo vio, ni oído oyó, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Él, a su tiempo, irá añadiendo y activando los ministerios, dones, talentos, facultades
y habilidades que Él considere necesarios para que tú lo glorifiques,
hagas su voluntad y así cumplir Él su propósito en ti. Solo es necesario
que con la revelación del Espíritu Santo en su palabra aprendas a
moverte en el tiempo perfecto de Dios.
Aprende a descansar confiadamente
haciendo lo que Dios te ha puesto hacer por este momento de tu vida, sin
dejar de ser disciplinad@ en esto mismo y en lo demás que quieras
emprender, por que Él mira las intenciones de tu corazón y si tus
anhelos de servirle son puros, agradables a Él y concordes a Su
voluntad, ten por seguro que el Señor guiará tus pasos y estará contigo
en todo lo que emprendas, pero deja que Dios te de una convicción firme y
una paz que sobrepasa todo entendimiento acerca de lo que debes hacer
en este preciso momento de tu vida por que:
Para todo lo que quisieres hay tiempo y juicio; mas el trabajo del hombre es grande sobre él; (Eclesiastés 8:6)
Autora: Erika María ZambranoEscrito para www.destellodesugloria.org
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