Busqué a mi Amado, pero Él ya se había ido
Un poeta muy famoso, escribió los siguientes versos:
“Estar enamorados amigos, es recobrar la llave oculta que abre la cárcel en que el alma está cautiva.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que nos mira.
Es sospechar, que, para siempre, la soledad de nuestra sombra está vencida.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre la pena y la alegría.
Es empezar a decir siempre y en adelante no volver a decir nunca.
Y es además, amigos míos, estar seguro de tener las manos puras”.
La etapa del enamoramiento
es una de las más bellas que podemos experimentar en la vida, soñamos,
aunque estemos despiertos, sonreímos constantemente, la rutina no nos
afecta, porque para nosotros cada día es una nueva oportunidad para dar y
recibir amor. Tenemos ilusiones y proyectos, le encontramos sentido a
los detalles más pequeños que nuestro amado nos brinda y que nosotros le
devolvemos, en palabras dulces, amables, llenas de cariño y amor
sincero.
Hay un
escrito en la Biblia en forma de poesía, que describe de una manera muy
particular, la relación amorosa entre una pareja de recién casados y
dice así:
“yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama. Ábreme hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía”.
¡Qué descripción tan bella, que hace el
esposo de su amada! Son palabras de un hombre profundamente enamorado,
él le está pidiendo a ella que le abra la puerta para poder entrar y
estar con ella; pero sucedió algo inesperado, ella de una manera
indiferente y distante le contesta que no puede levantarse y pone una serie de pretextos, diciendo: “me he desnudado de mi ropa, ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies, ¿cómo me los he de ensuciar?”
Es realmente incomprensible
la actitud de la mujer, ante el llamado de su amado; de repente mostró
una indiferencia inexplicable, es que esto en realidad era un sueño, y
ese sueño, contiene una profunda enseñanza para nosotros. Este cuadro es
una figura que representa nuestra comunión con Cristo “El Amado de
nuestra alma”, a veces perdemos de vista que Él es quien nos viene a
buscar cada día para que tengamos un tiempo especial con él. Su amor por
nosotros, es inalterable, nunca cambia, siempre toca a la puerta de
nuestro corazón buscando compartir un momento único, que hace que
nuestras vidas tengan un verdadero sentido.
Existen diferentes tipos de amor dentro de una pareja:
El amor de la amistad:
la amistad se construye poco a poco, sobre las semejanzas con lo que
tenemos en común. Cuando las parejas cultivan la amistad entonces se
establecen puentes para que entre ellos perdure la felicidad.
El amor erótico: en el
modelo de Dios la pareja habla, se cuidan, se respetan y disfrutan de su
intimidad sexual. No debemos avergonzarnos de hablar de lo que Dios no
se avergonzó en crear.
El amor de pacto: es un amor de lazo, en donde tenemos un compromiso de pareja, nunca nos abandonamos, estamos juntos en todos los momentos.
El amor ágape: es el amor de Dios, es sanador, es un amor incondicional que sólo considera el bienestar del ser amado.
El amor humano es condicional “te
quiero porque eres linda” pero cuando dejas de serlo “no te quiero más”.
El amor de Dios es incondicional; en la Biblia se llama: Gracia,
debemos caminar bajo ese nivel de amor, tenemos que aprender a hacerlo.
Dios quiere relacionarse contigo, con un AMOR INCONDICIONAL, ÉL NUNCA TE
DICE “TE AMO SI…”
Pero a veces pensamos que ese encuentro
con Él, es solamente para descargar todos nuestros problemas y todas
nuestras luchas, y es mucho más que eso, es justamente en ese encuentro
que nos olvidamos de todo, para ESTAR A SOLAS CON ÉL, dice en Isaías
43.22:
“No me invocaste a mí, sino que
de mí te cansaste…no compraste para mí caña aromática por dinero, ni me
saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la
carga de tus pecados…”
Esta expresión de Dios es conmovedora,
que nuestro amado tenga que decir de nosotros: “se cansaron de mí” y no
sólo eso sino que también dice: “no me trajiste nada”, ¿acaso cuándo
vamos a visitar a algún amigo, no compartimos algo, a veces compra él o
ella y a veces nosotros?
ÉL LO ÚNICO QUE ESTÁ ESPERANDO QUE LE LLEVES ES TU AMOR SINCERO Y AGRADECIDO.
El rey David decía: “como el ciervo clama por las corrientes de las aguas, así clama por ti oh Dios el alma mía, mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela”
Nuestra vida florece sólo cuando
estamos junto a Él, es allí donde recibimos revelación, sabiduría,
fortaleza y poder para enfrentarnos a todo. Es allí y sólo allí donde lo
logramos, EN SU PRESENCIA.
Cuando la mujer se decidió ir hacia la
puerta para abrirle a su amado, él ya se había ido. ¿Sabes qué pasa? que
hay un momento exclusivo de tu día que sólo le pertenece a Él, no
puedes hacerlo esperar o “darle una cita a las perdidas”, porque ESE NO
ES UN MOMENTO MÁS DEL DÍA, ES UN MOMENTO ÚNICO,Y NADIE DEBE OCUPAR ESE
ESPACIO, ES SÓLO DE ÉL Y TUYO. Nuestra relación con Jesús, es igual que
la de un matrimonio que se ama, es privada, porque en un romance sólo
hay dos personas, es un tiempo de dicha y sumo gozo.
Pero al ver que su amado no
estaba, la mujer se entristeció y dijo: “tras su hablar salió mi alma,
lo busqué y no lo hallé, lo llamé y no me respondió”
Es que el horario de la cita ya había
pasado, se quedó triste porque había desperdiciado algo irremplazable,
pero ella había preferido quedarse en la cama y cuando se decidió a
abrirle ya era tarde.
Porque en la vida hay un tiempo para todo y uno de ellos es EL TIEMPO DE AMAR , el
Señor te dice: “Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz” el amado había
dejado mirra en la puerta como señal de que había estado allí, cuando
ella tocó la manecilla del cerrojo, sus manos gotearon mirra, pues todo
lo que Él toque, te va a dejar un perfume inconfundible, y todos los que
se acerquen a ti sabrán que has estado con el Maestro, con el Amado de
tu alma, con el Esposo que te cuida fielmente.
Un día Jesús estando con Pedro le dijo: “Pedro me agapás” (amor de Dios) y Pedro le contestó: “te fileo” (soy tu amigo)
Por segunda vez Jesús le preguntó: “me agapás”
Pedro le respondió: “te fileo”Y por última vez Jesús le dijo: “me fileas” (¿eres mi amigo?)
Y Pedro le contestó: “sí soy tu amigo”.
Jesús le bajó el nivel de amor: “quiero que me ames con el amor de Dios, pero te voy a esperar, aunque ahora sólo me ames como a un amigo, yo sé que un día me amarás como yo te amo a ti”
Autora: Silvia TruffaEscrito para www.destellodesugloria.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario