Dios lo sabía, sin embargo quiere restaurarte
Sentirte que volviste a fallar en lo mismo que hace poco prometías no volverlo a hacer te hace sentir sucio e indigno de presentarte nuevamente delante de Dios.
Pareciera que esas son las ocasiones
preferidas del enemigo de nuestras almas para acusarnos y meter toda
clase de basura en nuestra mente, sus pasatiempo preferido es recordarnos cada falla que hemos tenido, cada promesa a Dios que no hemos cumplido,
cada momento intentado pero fallado, su veteranía en estas áreas le
hace en muchas ocasiones cumplir su objetivo: alejarnos totalmente de
Dios.
Y es que seamos sinceros, cuando le
hemos prometido a Dios que le seremos fieles y que no volveremos a
cometer aquel pecado que tanto nos avergüenza, pero que dejados llevar
por nuestras debilidades no cumplimos y terminamos haciendo lo que
dijimos que no haríamos, nos hace sentirnos muy mal, muy mal con
nosotros mismos y mucho más con Dios.
En esos momentos de tristeza espiritual,
cuando nos sentimos sucios, pecadores, mentirosos, es cuando nos
creamos un sinfín de conceptos de Dios, nos ponemos a pensar en su
lugar, nos auto juzgamos, nos auto condenamos, intentamos hacer el
trabajo que a Dios le corresponde, nos queremos poner en su lugar y
somos muy crueles con nosotros mismos.
¿Cuántas veces te has alejado de Dios pensando que tu pecado te hace tan indigno que no mereces ni hablarle?, ¿Cuántas veces tus pensamientos derrotistas te han llevado a creer que Dios ya no se interesa en ti?, ¿Cuántas veces el diablo ha metido en tu mente que Dios ya está cansado de ti y de tus recurrentes errores?
Pero, la pregunta es: ¿Pensara eso Dios
de nosotros?, ¿Realmente Dios es así como lo imaginamos?, ¿Tiene razón
el enemigo de toda esa basura que mete en nuestra mente?
Haber, seamos sinceros, Dios nos conoce
mejor que nadie, Él nos conoce desde el vientre de nuestra madre, desde
antes que naciéramos, ha estado viéndonos crecer y ahora que lo
encontramos ha estado feliz que nos decidiéramos por Él. Pero, ¿Acaso no
sabe Dios que le íbamos a fallar?, ¿Es una sorpresa para Dios lo que
hiciste o lo que yo mismo hice?
Pensando en esto, mi mente se remontaba a
un pasaje bíblico en especial, a la famosa historia de aquel discípulo
que Jesús mismo escogió a pesar de que sabía que ese discípulo lo
entregaría a la muerte.
Por ejemplo al principio de su Ministerio Jesús dijo: “Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar” Juan 6:64 (Reina-Valera 1960).
La Biblia es clara es hacer referencia de que Jesús sabía DESDE EL PRINCIPIO
quien le había de entregar, a Él nada se le escapa y a pesar de ello no
reprocha nada, siempre nos da un tiempo para que nos arrepintamos.
En otro pasaje más adelante vuelve a decir: “Jesús ya sabía quién iba a traicionarlo; por eso dijo que no todos estaban limpios” Juan 13:11 (Traducción en lenguaje actual).
A veces pensamos que es toda una
sorpresa para Dios que nosotros fallemos, a veces pensamos que Dios está
totalmente defraudado de nosotros porque no cumplimos, ¿Tú crees que
Dios no sabía desde el principio que ibas a fallar?, sin embargo nunca
ha quitado su protección sobre ti, porque te ama, porque anhela tu restauración
total, porque en lugar de verte llorar siempre por tus errores quiere
que te pongas en pie y seas fuerte para no fallar la próxima vez, eso es
lo que realmente Dios quiere.
Cuando Judas a quien para Jesús no era
ninguna sorpresa que lo entregara, pues ya lo sabía desde el principio,
llego para entregarlo, Jesús lo recibo de la siguiente manera: “Y el que le entregaba les había dado señal,
diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a
Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron” Mateo 26:48-50 (Reina-Valera 1960).
Jesús lo recibe diciéndole: “Amigo, ¿a qué vienes?”,
¿Acaso no sabía Jesús?, ¡Claro que sabía! Jesús siempre dando una
última oportunidad, ¿Qué habrá sentido en ese mismo instante Judas?,
¿Qué se sentirá entregar a alguien que en sus últimas palabras para ti
te dice: Amigo? En pocas palabras Jesús no lo acusaba, porque bien pudo
decirle: “¡Traidor!”, pero Él prefirió perdonarlo en ese mismo instante y recordarlo como su amigo, así es Dios, ese es nuestro Dios.
Quizá te sientes muy pero muy mal por lo
que hiciste, quizá consideras que por más que lo intentas no puedes
dejar de hacer eso malo que tanta vergüenza delante de Dios te causa,
pero ¿Sabes una cosa?, me alegro que sientas dolor, me alegro que
sientas vergüenza y que te sientas mal por hacer eso que sabes bien que
no agrada a Dios, ¿Sabes porque me alegro?, porque eso significa que
todavía hay tiempo para restaurar
tu vida, eso significa que el Espíritu Santo aun esta redarguyendo tu
corazón, eso quiere decir que aun hay sensibilidad espiritual en tu vida
pese a cualquier error que has estado cometiendo y donde hay
sensibilidad, entonces allí hay un terreno fértil para que la restauración de Dios haga el efecto deseado en tu vida.
Ya no quiero que llores más por ese
error, porque las lágrimas no te harán llegar a ningún lado, lo único
que harán es derribar tu estado de ánimo, no pienses que Dios esta
defraudado de ti, porque Dios sabía desde un inicio que tenias un
problema con esa área, para Dios no es nada nuevo, en lugar de llorar y
enojarte contigo mismo, debes ponerte en pie y comenzar a luchar como Dios se merece que lo hagas.
La Biblia dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:7 (Reina-Valera 1960).
Es momento de apropiarnos de lo que Dios nos dio, ya no es hora de
pensar que no podremos, que no lo lograremos, al contrario, Dios nos dio
poder es decir fortaleza, él nos dio amor por el que tenemos que luchar
y sobre todo nos doto de dominio propio que nos llevara la próxima vez a
decir: NO MÁS.
¡Vamos! ¡Levántate! Dios no está enojado
contigo, Dios no está decepcionado de ti, al contrario, Dios está
dispuesto a extenderte la mano y a llamarte AMIGO,
porque Él te ama, porque Él jamás te ha juzgado, siempre ha estado allí
para ayudarte, para amarte y para respaldarte y en esta ocasión que
dispondrás de todo para vencer esas áreas Dios estará contigo.
No le des gusto al enemigo, no te quedes
en el suelo, ¡Ponte de pie! Y camina, esta vez deja que Dios te tome de
la mano, no tengas pena, no te avergüences, porque Dios no está avergonzado de ti, porque tú vales su sangre, porque te ha amado con un amor que es eterno, por eso ¡Lucha! ¡Inténtalo nuevamente!
Para Dios no hay nada oculto, Él lo sabe
todo y a pesar de todo te ama, te sigue amando, no creas las mentiras
del diablo como que si fueran verdades, en su lugar cree las verdades de
Dios para tu vida y acéptalas como tuyas, ¿Sabes?, Él nunca te ha
dejado de amar.
¡Dios quiere restaurarte!, ¿Se lo permites?
Autor: Enrique MonterrozaEscrito originalmente para www.destellodesugloria.org
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