domingo, 23 de septiembre de 2012

Un Destellito en las manos de Dios "El Satélite de Dios"

Un Destellito en las manos de Dios

 

¿Quién realmente inventó el teléfono?, algunos dicen que fue Antonio Meucci, y otros que fue inventado por Alexander Graham Bell, dijo Destellito, arreglándose los anteojos con los que lee los libros científicos. No cabe duda que fue un gran invento, una revolución en las comunicaciones; nunca imaginaron estos dos hombres lo trascendente de su creación. Hoy, los hombres pueden comunicarse desde un extremo del mundo al otro instantáneamente, pero para lograr eso necesitan de los satélites de comunicaciones, sin estos, al menos por ahora, hablar con una persona de un continente a otro, no sería posible. Los teléfonos celulares acercan a las personas, mediante el uso satelital.

El satélite de Dios.-

La Biblia, la Palabra de Dios expresa: Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quién el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora. Hechos 9:11.
El poder comunicarse ha sido un gran problema para los hombres, que con inteligencia ha logrado resolverlos, gracias a su inventiva hoy puede unir al mundo entero comunicacionalmente. Siempre debe existir un lazo que una a dos personas que desean hablar estando en diferentes lugares. De otro modo no se puede.
Los dos versículos que les he leído, dijo Destellito, nos habla de algo portentoso ocurrido hace unos dos mil años más o menos. El Espíritu Santo le dice a Ananías que acuda a atender a una persona que en ese mismísimo instante, oraba. Esa persona, Saulo de Tarso, había establecido comunicación directa con Dios Creador, y la respuesta a esa comunicación fue instantánea, directa. Éste hombre había logrado traspasar las diferentes capas que rodean a la Tierra, avanzó una infinidad de kilómetros, alcanzar las profundidades del Universo, y hasta llegar al oído de Dios; no necesitó utilizar ningún celular, ni satélite comunicacional alguno. Hizo uso del único medio que pudo conectarlo con el Señor, el satélite de la oración. Usted que vive de la modernidad y disfruta de ella, ¿utiliza algo tan prehistórico como la oración para hablar con el Señor?

¡Por favor, piénselo!

Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org

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