martes, 25 de septiembre de 2012

No seas cómo el Titanic

No seas cómo el Titanic



“Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer”
1 Corintios 10:12 (Nueva Versión Internacional)
El Titanic era el buque de vapor más grande de pasajeros y el más lujoso de su tiempo. Tenía una envergadura impresionante. Era una obra de arte moderna. Pero el confiar tanto en su estructura ocasionó la catástrofe ya conocida. En su primer y único viaje la embarcación se dirigía de Inglaterra a Nueva York. A lo largo del viaje la tripulación recibió telegramas de que en su ruta había icebergs, esto en repetidas ocasiones. El capitán de la embarcación solicitó al vicepresidente de la compañía disminuir la velocidad, pero él se negó, declarando que siendo el primer viaje del Titanic deseaba hacer el mejor tiempo posible. Y entonces pasó. Era una noche calmada y uno de los tripulantes divisó un iceberg de treinta metros de altura justo quinientos metros antes de impactarle. La tripulación intentó detenerse pero fue demasiado tarde. Convirtiendo así en la más grande tragedia marítima de la historia.
Así cómo ésta embarcación Dios ha depositado en nosotros Su Espíritu que habla a nuestra conciencia para advertirnos de peligros. Y evitar escucharle puede ocasionar caídas en nuestra vida. Sin importar lo calmadas que parezcan las aguas cómo la noche en que se hundió el Titanic, si Dios habla a nuestra conciencia respecto a cambiar de dirección, hagámoslo y evitemos lo peor.
Sin importar lo maduro que seas o los años que tengas en el evangelio, no te comprometas en situaciones que pueden propiciar una caída. No sea que te pase lo que al Titanic. Si crees que estás firme, mantente firme y no te expongas a caídas.
Mejor que cualquier radar es el Espíritu Santo que habla a nuestra conciencia. Escúchale, porque Él ve peligros que tal vez tu no puedas ver. No ignores al Capitán de tu embarcación, después de todo tú aceptaste que dirigiera tu vida. No te expongas ni a los tuyos al tomar riesgos innecesarios.

No seas cómo el Titanic, escucha a tu Capitán.

Autor: Richy Esparza
Escrito Para: www.devocionaldiario.com , www.devocionalesderichy.com y www.cristodavida.com

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