Su gracia cuando le sirvo
Fiel es el que os ha llamado; el cual también lo hará.
1Ts 5:24
¡Woowww!
qué corto versículo pero cuán poderoso es, solo con el hecho de
entender y comprender hasta las entrañas de nuestro ser que el Dios Fiel
que nos ha llamado a ti y a mí es el mismo que también hace a través de
nosotros. Personalmente en mi diario caminar he comprendido cada vez
más el famoso pasaje de gálatas 2:20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
Así como he comprendido que, en los
momentos cuando fallo, la gracia de Dios me cubre y me da poder para
apartarme de aquello que no le agrada al Señor, y no por eso dejo de ser
su hija sino que me corrijo, también puedo entender el otro extremo de
mi vida: que si puedo hacer algo bueno, si hay alguna virtud en mí, sin
hay dones, talentos, cualidades y habilidades de los cuales soy
consciente que los tengo, que si el Señor me ha entregado a mí un
determinado ministerio, ¡Es por su gracia!. Es su gracia sobre mí
haciendo lo que Él quiere hacer a través de mi vida dirigiéndome solo
para la gloria de su alabanza.
Muchas de
los que conocemos del Señor hemos pensado que servir solo se limita a
una congregación como tal, además de pensar que debemos hacer algo para
Dios o por Dios, pero cuando llegan los momentos de presión y de prueba,
tendemos a desmayar y hasta sentir renunciar al ministerio que el
Señor nos ha entregado, todo por que no hemos entendido aún que no es en
nuestras fuerzas; es más, no somos nosotros, es Dios mismo haciendo en
nosotros ese llamado que Él nos ha dado; no somos nosotros manejando al
Señor, Es Dios quien nos pastorea y nos maneja a nosotros como el quiere
para derramar de su gloria y presencia a través de las capacidades y
las cualidades que Él mismo te ha dado, y no para que presumas y te
vanaglories, sino para que ¡solo su nombre! sea exaltado y glorificado;
digo yo ¿de que nos tenemos que vanagloriar si Dios fue y es quien lo
hizo y quien lo hace? yo no hice nada, solamente me dispuse, me aparté
de toda iniquidad y me ofrecí como vasija limpia para ser usada, llenada
y derramada en bendición a los que me rodean; solo que Dios usa mi
cuerpo, mi mente, mi personalidad, para que Él, no yo, sea glorificado.
Solo soy yo su vasija, no más.
Debemos aprender que no se trata de
hacer las cosas por Dios ni para Dios, sino que Dios mismo lo está
haciendo a través de ti y de mí; que solamente tú y yo somos un
instrumento para que Dios use nuestras mentes y nuestros cuerpos. No
solamente le servimos a Dios dentro de un determinado ministerio en una
congregación; le servimos a nuestro Dios, muchas veces sin percatarnos,
cuando caminamos hacia nuestra casa, cuando pasamos por la calle,
podemos ministrar la presencia de Dios a través de una simple sonrisa,
de un gesto; cuando buscamos llenarnos más de Su presencia y unción.
Muchos podrían calificarme como loca
quizá, o podrán pensar que lo que voy a escribir es absurdo, pero he
entendido que cuando yo sirvo o hago algo ejecutando una acción ¡hasta
lo más mínimo!, es Dios, quién habita dentro de mí literalmente, lo está
haciendo en mí; Que si estudio, es Dios haciéndolo a través de mí, que
si locuto y hablo por la radio, ¡Es Dios locutando a través de mí! que
si yo levanto, llevo, traigo, siento, pienso, hablo, danzo, salto, miro y
súmele todos los verbos de acción que a usted mi querido amig@ se le
pase por la cabeza, es Dios ejecutando esa acción a través de ti,
mientras eso que tu hagas no vaya en contra de los márgenes de santidad y
agrade al Señor.
Tu vida va a ser transformada al
comprender esta poderosa verdad, así seremos cada vez más excelentes, no
para quedarnos con el reconocimiento de los hombres, sino para que
podamos decir con humildad al que nos elogia por una hazaña, mirándole a
los ojos le podamos decir, gracias. no estamos pecando por recibir una
felicitación por algo que hicimos, solo es entender que yo no hice nada,
solo me dispuse a que fuera el mismo Dios haciéndolo en mí para que Él
sea alabado, y si no nos llegaran a reconocer, seguimos sintiéndonos
gozosos y satisfechos de que no solo le somos útiles a Su reino, sino
que disfrutaremos una vida en abundancia, al entender con todo nuestro
ser que no se trata de vivir para Él ni por Él, que Dios vive su vida en
mí y en ti por la fe.
Si quieres, puedo ayudarte con esta corta oración:
Señor mi Dios: Que seas tú en mí, y
yo en ti, dirige mis pasos, dirige mi caminar, necesito permanecer
andando en libertad, que seas tú dentro de mi, que cuando yo te sirva,
sea para tu gloria y para tu honra.
En Dios, ¡Solo en Dios! haremos proezas;
Salmos 108:13(a) (RV60)
¡Dejemos que sea el Señor quien viva su vida en nosotros! Es por su gracia, solo por su gracia podemos reflejar su presencia para servirle.
Autora: Erika María ZambranoEscrito para www.destellodesugloria.org
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