Análisis del Libro de Efesios
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo." Efesios 1:3
Efesios (Éfeso significa "un deseo") es una
Epístola sin reprensiones. Esta declara en los términos más plenos los
magníficos consejos de Dios acerca de los santos de Dios en esta presente
dispensación de la gracia, su presente "bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo", su posición "en Cristo" como
estando sentados "en los lugares celestiales".
Cristo, de acuerdo con la gloria de Su persona y el
valor infinito de Su obra, es el Centro decretado de la bendición de todo el
universo: y "en Él" hemos obtenido una herencia. Él está
sentado en el trono de Su Padre, y allí nos representa perfectamente: nosotros
estamos "en Él". Los creyentes Judíos y Gentiles forman "un
cuerpo", unido a Cristo la Cabeza en la gloria.
Además de ser el cuerpo de Cristo, la Iglesia es vista
también como la familia de Dios, un edificio que va creciendo para ser un
templo santo en el Señor para morada de Dios; y como para que finalmente sea
presentada como una esposa apropiadamente ataviada para su Esposo. Tales
verdades no fueron conocidas ni se profetizó acerca de ellas en el tiempo antiguo,
pero ahora son revelados por medio de los apóstoles y profetas. También se ve
que nuestro conflicto está en "los lugares celestiales", contra
huestes espirituales de maldad, poderes Satánicos, ocupados en oponerse a
nuestro discernimiento y gozo de la verdad como nuestras legítimas posesiones
divinas.
Ningún libro es más importante que Efesios en cuanto a
desarrollar un carácter conforme a nuestra verdadera unión con Cristo en el
hogar apropiado de nuestras almas, el cielo mismo.
Autor:
Efesios 1:1 identifica al autor del
libro de Efesios como el apóstol Pablo.
Fecha:
El Libro de Efesios fue escrito muy
probablemente entre el 60—64 d.C.
Propósito de la Escritura:
Pablo deseaba que todos los que
anhelaban una madurez a semejanza de Cristo recibieran este escrito. El libro
de Efesios describe la disciplina necesaria para convertirse en verdaderos
hijos de Dios. Por otra parte, un estudio de Efesios ayudará a fortalecer y
establecer al creyente, para poder cumplir con el propósito y llamado que Dios
tenga para él. El objetivo de esta epístola es confirmar y equipar a una
iglesia madura. Aquí se presenta una perspectiva balanceada del cuerpo de
Cristo y su importancia en la economía de Dios.
Versos Clave:
Efesios 1:3, “Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo.”
Efesios 2:8-10, “Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por
obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas.”
Efesios 4:4-6, “Un cuerpo, y un
Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra
vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es
sobre todos, y por todos, y en todos.”
Efesios 5:21, “Someteos unos a otros en
el temor de Dios.”
Efesios 6:10-11, “Por lo demás, hermanos
míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la
armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del
diablo.”
Marco Histórico:
Los judíos convertidos en las iglesias primitivas se inclinaban a
ser exclusivos y a separarse de sus hermanos gentiles. Esta situación en la
iglesia de Éfeso pudo haber motivado al apóstol a escribir esta carta, la idea
fundamental de la cual es la unidad cristiana.
Tema Principal:
La unidad de la iglesia, especialmente entre los creyentes judíos
y gentiles.
Texto Clave: 4:13
"Hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al
hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo."
Más que carta, la Epístola
a los Efesios (=Ef) es un
escrito doctrinal y exhortatorio, que pone de manifiesto en su autor
fundamentales intereses pedagógicos y pastorales. Es una reflexión sobre la
iglesia, vista como cuerpo de Cristo (1.22b-23; 4.15–16. Cf. Col 1.18), y una
sólida enseñanza acerca de la salvación que Dios ofrece a los pecadores
(2.4–9).
Éfeso
Desde el año 133 a.C., con una población cercana al medio millón
de personas, Éfeso era la capital de la provincia romana de Asia y residencia
oficial del gobernador. Estaba situada en un lugar privilegiado de la costa del
Mediterráneo, con un puerto de mucho tráfico y una importante vía de
comunicación con el interior de Asia Menor. El culto a la diosa Diana, en cuyo
honor se había erigido en Éfeso un templo al que acudían en peregrinación
devotos de «toda Asia y el mundo entero» (Hch 19.23–41), contribuía a aumentar
el prestigio de la ciudad.
El libro de los Hechos hace referencia a dos visitas de Pablo
a Éfeso. La primera fue breve (Hch 18.19–21), pero la segunda se prolongó «por
tres años» (Hch 19.1–20.1, 31), un período cuya duración indica la importancia
de la obra misionera allí realizada.
Propósito
Las frecuentes alusiones que en otras epístolas hace el apóstol a
Éfeso o a personas relacionadas con esta ciudad, revelan que lo unían estrechos
lazos de trabajo y afecto con la comunidad cristiana allí establecida (cf. 1 Co
15.32; 16.8; 1 Ti 1.3; 2 Ti 1.18; 4.12). Sin embargo, en la presente epístola
se advierte una casi total ausencia tanto de nombres propios (por excepción, en
6.21 se cita a Tíquico) como de los saludos personales que son habituales en
los escritos paulinos. Por esta razón se piensa que se trata más bien de una
especie de carta circular dirigida a diversas congregaciones.
El pensamiento en torno al cual se estructura la Epístola a los Efesios es la unidad de la iglesia y de toda
la creación bajo el gobierno de Cristo resucitado (1.20–22a), en quien se han
de «reunir todas las cosas... en el cumplimiento de los tiempos establecidos»
(1.9–10). Este es el propósito de Dios, mantenido en el secreto de su sabiduría
(3.10), el cual ahora ha de ser revelado universalmente por medio de la iglesia
(3.10–11).
Contenido y estructura
El texto de la carta consta de dos secciones principales. La
primera (1.3–3.21), de índole doctrinal, se presenta a continuación de unas palabras
iniciales de saludo (1.1–2). La segunda (4.1–6.20) contiene una serie de
exhortaciones a vivir de acuerdo con la vocación y la fe cristiana. Por último,
un breve epílogo pone punto final a la carta (6.21–24).
La sección doctrinal comienza con una alabanza a Dios (1.3–14),
que nos escogió en Cristo desde antes de la creación (v.4) y nos predestinó
«para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo» (v.5). Esa elección y
destino pertenecen al «misterio de la voluntad» divina, ahora manifestado, de
que tanto judíos como gentiles son llamados a participar de los beneficios de
la redención (1.7; 2.11–22).
En una oración de gratitud y súplica por la fe y el amor de los
efesios (1.15–23), Pablo evoca la grandeza del poder de Dios (1.19) y el
señorío único y definitivo de Jesucristo, cabeza de «la iglesia,... plenitud de
Aquel que todo lo llena en todo» (1.22–23).
El capítulo 2 recuerda a los lectores que, aunque antes estaban
muertos en sus «delitos y pecados» (2.1–3), ahora son salvos por gracia (2.5) y
forman parte de un pueblo único, en el que no hay diferencias de clase ni
enemistades de raza (2.14–16), pues todos en él pertenecen a la familia de Dios
(2.19–22).
El misterio de la salvación de los no judíos fue revelado por el
Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Cristo (3.5). Y también lo ha
sido a Pablo (3.3), ministro como ellos, escogido por Dios para anunciar el
evangelio a los gentiles (3.8).
En la segunda sección, el apóstol exhorta a guardar «la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz» (4.3–6), lo que en nada se opone a la
diversidad de los dones espirituales que deben estar siempre presentes en la
iglesia (4.7–16; cf.1 Co 12).
La vocación cristiana ha de manifestarse en la renovación profunda
de la persona, con el abandono de los antiguos hábitos perniciosos y haciendo
concordar pensamientos, palabras y actitudes con la realidad de la nueva vida
en Cristo (4.22–24). Los principios del Espíritu: «bondad, justicia y verdad»
(5.9), deben gobernar el corazón de los creyentes y presidir todas sus
relaciones humanas: de esposas y esposos, de padres e hijos, y aun de amos y
esclavos (5.21–6.9).
Particularmente importante es el pasaje 5.21–33, donde el autor
establece un paralelismo entre la unidad esencial de Cristo y su iglesia y la
figura del matrimonio.
La sección concluye con una exhortación a luchar contra el mal. La
indumentaria y las armas del soldado inspiran a Pablo la figura militar que
hallamos en 6.10–20, con la cual, más una última nota de despedida, termina el
cuerpo central de la carta.
Fecha y lugar de redacción
Como ocurre con otros textos epistolares del NT, tampoco hay
unanimidad de criterio respecto a la fecha y al lugar de redacción de esta
epístola, incluida en el grupo de las llamadas «de la prisión» (véase Introducción a las Epístolas) a causa del testimonio del autor sobre su situación personal
(3.1; 4.1). Teniendo presente esta clara referencia a su cautividad, se ha
pensado que la carta fue redactada en Roma, entre los años 60 y 61 d.C.
Por otra parte, Efesios ofrece algunas peculiaridades literarias,
de vocabulario y de perspectiva teológica que la diferencian de los demás
escritos paulinos, a excepción de la Epístola a los Colosenses, con la que
tiene muchas afinidades en temas, conceptos y expresión.
Breve Resumen:
La doctrina ocupa una gran parte del
libro de Efesios. La mitad de la enseñanza en esta epístola describe nuestra
posición en Cristo, y el recordatorio de ello afecta nuestra condición. Con
mucha frecuencia aquellos que enseñan de este libro, pasan por alto toda la
instrucción fundamental y van directamente al capítulo final. Este es el
capítulo que enfatiza la guerra o la lucha de los santos. Sin embargo, para
beneficiarse totalmente del contenido de esta epístola, uno debe comenzar por
la enseñanza inicial de Pablo en esta carta.
Primero, como seguidores de Cristo,
debemos entender plenamente quienes declara Dios que somos. También debemos
estar cimentados en el conocimiento de lo que Dios ha realizado por toda la
humanidad. En seguida, debemos ejercitar y fortalecer nuestra existencia y
caminar actual. Esto debe continuar hasta que ya no seamos fluctuantes y nos
dejemos llevar de aquí para allá por cualquier viento de doctrina y por
sutilezas de hombres.
La escritura de Pablo se divide en tres
segmentos principales (1) En los capítulos del uno al tres, introduce los
principios con respecto a lo que Dios ha hecho. (2) En los capítulos cuatro y
cinco, expone cuatro principios respecto a nuestra presente existencia. (3) El
capítulo seis presenta los principios concernientes a nuestra lucha diaria.
Conexiones:
El enlace principal de Efesios con el
Antiguo Testamento, está en el sorprendente (para los judíos) concepto de la
iglesia como el cuerpo de Cristo (Efesios 5:32). Este asombroso misterio (una
verdad no antes revelada) de la iglesia, es que “los gentiles son herederos
juntamente con Israel; todos unidos como miembros de un cuerpo, y que
conjuntamente comparten la promesa de Jesucristo” (Efesios 3:6). Este era un
misterio totalmente escondido de los santos del Antiguo Testamento (Efesios
3:5, 9). Los israelitas que eran verdaderos seguidores de Dios, siempre
creyeron que solo ellos eran el pueblo elegido de Dios (Deuteronomio 7:6). El
aceptar a los gentiles en un estatus igual en este nuevo paradigma, fue
extremadamente difícil y causó muchas disputas entre los creyentes judíos y
gentiles convertidos. Pablo también habla del misterio de la iglesia como la
“novia de Cristo,” un concepto nunca antes escuchado en el Antiguo Testamento.
Aplicación Práctica:
Tal vez más que en ningún otro libro de
la Biblia, el libro de Efesios enfatiza la conexión entre la sana doctrina y la
práctica correcta en la vida cristiana. Hay demasiada gente que ignora la
“teología” y en vez de conocerla, solo quiere discutir cosas que sean
“prácticas.” En Efesios, Pablo argumenta que la teología es práctica. A fin de
vivir en la práctica la voluntad de Dios para nuestras vidas, debemos entender
primeramente quienes somos doctrinalmente en Cristo.
Esquema del contenido:
Prólogo: Salutación (1.1–2)
1. La obra salvadora de Dios (1.3–3.21)
2. La vida cristiana (4.1–6.20)
Epílogo: Salutaciones finales (6.21–24)
muy buen analisis
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