viernes, 7 de septiembre de 2012

Análisis de la Epístola de Pablo a Tito


Análisis de la Epístola de Pablo a Tito



"Fiel es esta palabra; y respecto de estas cosas deseo que uses de constante afirmación, para que los que han creído en Dios pongan solicitud en practicar las buenas obras. Estas cosas son buenas y provechosas para los hombres." 
Tito 3:8 (VM)
Tito ("cuidador") es, nuevamente, una epístola individual, pero su tema no es exactamente el de la piedad en el mantenimiento de la verdad en la Iglesia de Dios (como en Timoteo), sino más bien la verdad que produce piedad y orden en la Iglesia. Si hay verdad, ella es "según la piedad."
Tito había permanecido en Creta con el propósito de establecer ancianos allí en cada ciudad. Pablo y Bernabé habían hecho tal obra, como se muestra en Hechos 14: 23, y Pablo había delegado autoridad en Tito para hacerlo. Él puede haber delegado también tal autoridad en Timoteo, aunque esto no se indica; pero él realmente escribió a Timoteo en cuanto a las cualidades de un anciano u obispo. Se insiste, por supuesto, en la piedad si uno iba a ser establecido para tal obra.
Hoy en día no hay nadie que tenga autoridad para efectuar tales nombramientos, sin embargo, los santos deberían reconocer fácilmente a hombres con tales cualidades, y respetar su experiencia y juicio, aparte de cualquier nombramiento.
Notemos, también, la insistencia en la piedad en las variadas relaciones de los santos de Dios, los unos para con los otros, y que Tito fue exhortado a ser un ejemplo para todos ellos. Aquellos que habían creído a Dios debían ser exhortados seriamente a poner solicitud en practicar las buenas obras. Esto no es simplemente abstenerse de obrar mal, sino de comprometerse en aquello que es positivamente beneficioso para el bien de otros. Vemos a través de estas líneas que "cuidar" almas es una obra valiosa.
Autor: 
Tito 1:1 identifica al apóstol Pablo como el autor del libro de Tito.

Fecha de su Escritura: 
La epístola de Tito fue escrita aproximadamente en el 66 d.C. Los múltiples viajes de Pablo están bien documentados, y muestran que él escribió Tito desde Nicópolis en Epiro. En algunas Biblias, la anotación sobre la epístola puede mencionar que Pablo escribió desde Nicópolis en Macedonia. Sin embargo, no hay conocimiento de tal lugar, y tales afirmaciones no tienen autoridad por no ser auténticas.
Tema Principal: 
Consejos y exhortaciones acerca de los deberes y de las doctrinas ministeriales, con énfasis especial sobre el mantenimiento de las buenas obras.
Textos Claves: 
Tito 1:5, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.”

Tito 1:16, “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.”

Tito 2:15, “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.”

Tito 3:3-6, “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.”

Tito: 3:8: "Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres."
Pensamiento Principal: 
El énfasis en las buenas obras se ve en 1:6; 2:7, 14; 3:1, 8, 14. Esta es una respuesta suficiente para los que dicen que hay un conflicto doctrinal entre las cartas de Pablo y la de Santiago. El carácter de los cretenses era tal que Pablo pensó que era necesario aconsejar a su ministro que insistiera sobre una vida cristiana consecuente. Sin embargo, esta carta no enseña la salvación por obras, 3:5.
"nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,"
Tito
La conversión de Tito fue resultado de la predicación de Pablo en Antioquía de Siria. A Pablo debemos también cuanto sabemos acerca del carácter, personalidad y ministerio de aquel amigo y colaborador suyo, al que llama «verdadero hijo en la común fe» (1.4). El apóstol lo menciona en tres de sus epístolas (2 Co 2.13; 7.6–7,13–14; 8.6, 16,23; 12.18; Gl 2.1, 3 y 2 Ti 4.10), y le dirige la presente.
El libro de los Hechos, sin embargo, no contiene ninguna referencia a Tito, a pesar de haber sido compañero de Pablo en su viaje a Jerusalén cuando tuvo lugar la llamada «asamblea de los apóstoles» (Hch 15.4–29; cf. Gl 2.1). Y es seguro que su presencia allí representó un papel relevante en apoyo de las razones de Pedro, Pablo, Jacobo y otros, frente a quienes pretendían que los gentiles, para llegar a ser cristianos, se sometieran antes a la ley mosaica (Hch 15.1, 5; cf. Gl 2.3).
Andando el tiempo, el apóstol confió a Tito misiones tan delicadas como poner orden en la iglesia de Corinto (2 Co 2.13; 7.6–7,13–14; 8.6, 16,23; 12.18) y organizar la vida de la comunidad cristiana de la isla de Creta (Tit 1.5). También visitó Dalmacia, al norte del litoral adriático (2 Ti 4.10), visita de la que no ha quedado información. Pablo, que pensaba pasar el invierno en Nicópolis, le rogó que fuera allá a estar con él (Tit 3.12).
Propósito de la Escritura: 

La epístola de Tito es conocida como una de las Epístolas Pastorales, semejantes a las dos cartas a Timoteo. Esta epístola fue escrita por el apóstol Pablo para animar a su hermano en la fe, Tito, a quien había dejado en Creta para dirigir la iglesia que Pablo había establecido en uno de sus viajes misioneros (Tito 1:5). Esta carta aconseja a Tito respecto a las cualidades que debían buscarse en los líderes para la iglesia. También le advierte a Tito sobre la reputación de aquellos que vivían en la isla de Creta (Tito 1:12).

Además de instruir a Tito en lo que debía buscar en un líder de la iglesia, Pablo también lo anima a regresar a Nicópolis para visitarlo. En otra palabras, Pablo continuaba discipulando a Tito y a otros, mientras crecían en la gracia del Señor (Tito 3:13).

Contenido y estructura
La Epístola a Tito (=Tit), que le fue enviada cuando se hallaba en Creta, está muy relacionada con 1 Timoteo en lo que respecta a los temas que considera y al estilo literario. Después del saludo inicial (1.1–4), Pablo instruye a su discípulo acerca de las condiciones personales que han de darse en los creyentes, especialmente en los llamados a asumir responsabilidades en la iglesia. Le insta también a reprender a los «obstinados, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión» (1.10; cf. 1.14). De este modo se refiere, por una parte, a falsos maestros que con sus enseñanzas trastornan «casas enteras» (1.11) y, por otra, a las actitudes hostiles adoptadas por algunos miembros de la numerosa colonia judía de Creta (1.5–11).
La mala fama de los cretenses era proverbial. Pablo, citando a este respecto al poeta griego Epiménides (s. VI a.C.), a quien llama «profeta», se expresa con dureza inusitada: «Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos» (1.12–16). Luego suaviza el tono de sus palabras para aconsejar a Tito sobre cuestiones pastorales y para animarlo a conducirse siempre de forma ejemplar ante todos los creyentes, cualesquiera que sean su edad, sexo o condición social (2.7; cf. 2.1–3.2).
Las enseñanzas sobre la justificación y la salvación por la gracia de Dios, y sobre la acción del Espíritu Santo (2.10–11,14 y 3.4–7), fundamentan la exhortación del apóstol a que Tito se muestre firme en el gobierno y edificación espiritual de la iglesia (3.1–3,8–11).
La carta concluye con algunas instrucciones personales y una breve fórmula de bendición (3.12–15).
Fecha y lugar de redacción
No se ha conservado información precisa acerca del lugar y ocasión en que fue redactada la Epístola a Tito. Algunos piensan que pudo ser enviada desde Macedonia, en fecha anterior al último y definitivo encarcelamiento de Pablo, entre los años 63 y 67 (véase Introducción a 1 Timoteo).
Breve Resumen: 

Que maravilloso debe haber sido cuando Tito recibió una carta de su tutor, el apóstol Pablo. Pablo era un hombre muy honrado por muchos, y con razón, después de haber establecido varias iglesias en todo el mundo oriental. Esta famosa introducción del apóstol debió haber sido leída por Tito, “A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 1:4).

La isla de Creta, donde Pablo dejó a Tito para dirigir la iglesia, estaba habitada por nativos de la isla y judíos quienes no conocían la verdad de Jesucristo (Tito 1:12-14). Pablo sintió que era su responsabilidad seguir discipulando a Tito para instruirlo y alentarlo en el desarrollo de líderes dentro de la iglesia en Creta. Mientras que el apóstol dirigía a Tito en su búsqueda de líderes, Pablo también sugirió la manera en que Tito debía instruir a los líderes, a fin de que pudieran crecer en su fe en Cristo. Sus instrucciones incluían aquellas destinadas tanto para hombres como para mujeres de todas las edades (Tito 2:1-8).

Para ayudar a que Tito permaneciera en su fe en Cristo, Pablo le sugirió venir a Nicópolis y traer con él a otros dos miembros de la iglesia (Tito 3:12-13).

Conexiones: 

Una vez más, Pablo encuentra necesario instruir a los líderes de la iglesia para que estuvieran alertas en contra de los judaizantes, aquellos que buscaban añadir las obras al regalo de gracia que produce la salvación. Él le advierte en contra de aquellos que eran engañadores rebeldes, especialmente aquellos que continuaban asegurando que aún era necesaria la circuncisión y la adherencia a los rituales y ceremonias de la Ley Mosaica (Tito 1:10-11). Este es un tema recurrente a través de las epístolas de Pablo y en el libro de Tito, él va más allá hasta decir que era preciso taparles la boca.

Aplicación Práctica: 

El apóstol Pablo merece nuestra atención mientras buscamos en la Biblia la enseñanza de cómo vivir una vida agradando a nuestro Señor. Podemos aprender lo que debemos evitar así como a quién debemos luchar por imitar. Pablo sugiere que busquemos ser puros, mientras evitamos las cosas que corromperán nuestra mente y conciencia. Y posteriormente Pablo hace una declaración que nunca debe ser olvidada: “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” (Tito 1:16). Como cristianos, debemos examinarnos a nosotros mismos para estar seguros de que nuestras vidas estén de acuerdo con nuestra profesión de fe en Cristo (2 Corintios 13:5).

Junto con esta advertencia, Pablo también nos dice cómo evitar negar a Dios: “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 3:5-6). Al buscar diariamente renovar nuestra mente por el Espíritu Santo, podemos desarrollarnos como cristianos que honran a Dios por la forma en que vivimos.

Esquema del contenido:

Salutación (1.1–4)
Requisitos de ancianos y obispos (1.5–16)
Enseñanza de la sana doctrina (2.1–15)
Justificados por gracia (3.1–11)
Instrucciones personales (3.12–14)
Salutaciones y bendición final (3.12–15)

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